El relave es un material sólido finamente molido producto del proceso de flotación, el cual se descarta en operaciones mineras, principalmente de sulfuros de cobre.
En la mayoría de los yacimientos de la gran minería del cobre el relave representa del orden de 97 a 99% del volumen total de la roca procesada en planta, por lo que los volúmenes de material de desecho generado son cercanos a los volúmenes minados. El contenido de pirita en estos varía según el tipo de yacimiento, pero el ideal es que estos cuerpos fuesen libres de pirita, de tal forma de que el residuo final pudiese eventualmente tener usos como material de áridos para construcción o rellenos. La existencia de pirita en los relaves impide en la mayoría de los casos las posibilidades de reutilización.
Según datos del Catastro de Depósitos de Relaves en Chile 2023 de Sernageomin, en Chile existen 795 relaves, de los cuales 651 (82%) están inactivos o abandonados.
La mayor cantidad de depósitos de relaves está en la Región de Coquimbo, seguida por las regiones de Atacama y Valparaíso.
Los relaves representan un pasivo ambiental con potencial impacto negativo debido a la generación de drenaje ácido, que puede contaminar las aguas subterráneas y las tierras agrícolas, además de la amenaza de colapso en el actual escenario de cambio climático.
El cobalto en los relaves se encuentra asociado a la pirita, un mineral sulfuro de hierro cuya estructura cristalina acepta una diversidad de otros elementos, incluyendo metales pesados y metaloides. Actualmente la pirita se considera un mineral de ganga, es decir que no presenta interés minero para su explotación, por lo que se desecha a los relaves junto con todos los demás minerales de ganga.
Sin embargo, desechar la pirita a relaves representa un riesgo y peligro por sus potenciales impactos ambientales y para la estabilidad de los relaves.
Lo anterior, debido a que al contacto con aire y agua, la pirita experimenta procesos de oxidación e hidrólisis que llevan a su disolución en hierro y azufre, generando ácido sulfúrico, que puede producir drenaje minero ácido. Estos drenajes, que arrastran también otros metales, pueden contaminar aguas superficiales y subterráneas al infiltrarse en las napas y son tóxicos en diverso grado para la salud humana, la fauna y la vegetación.
Además de estos impactos ambientales, el drenaje ácido puede desestabilizar los tranques de relave y sus muros, al cambiar su permeabilidad y gradientes hidráulicos, generando un alto riesgo de colapso o de derrames, lo que en otros países ha tenido consecuencias fatales.
Un ejemplo reciente es la falla en el muro de confinamiento del relave de minera Las Cenizas, en Cabildo, tras las lluvias que afectaron a la región de Valparaíso en junio de 2024, produciendo escurrimiento de sedimentos hacia el río La Ligua.
Retirar la pirita del relave es uno de los principales beneficios ambientales del proyecto Cobalto Verde. Al reprocesar relaves abandonados en lugares cercanos a asentamientos humanos puede mejorar la calidad de vida de sus habitantes, se reduce el riesgo de potenciales impactos ambientales y, eventualmente, disminuyen los volúmenes de materiales residuales finales, con el potencial de volverlos aptos para su uso como áridos, generando así un proceso de economía circular.
depósitos de relaves existen actualmente en Chile
se ubican en las regiones de Atacama y Coquimbo
están abandonados o inactivos
están activos o en construcción